ZooMed - Reptiles y Anfibios
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Familia Elápidos

3/9/2014

 
Las 180 especies de esta familia se distribuyen por América,  Asia, África y Australia. Los elápidos son proteroglifos y sus  colmillos acanalados, no perforados, son cortos en comparación con los vipéridos. Su veneno es mucho más tóxico  que el de la mayoría de las víboras y suele afectar al sistema  nervioso (neurotóxico), aunque algunas especies también tienen componentes hemotóxicos. Se distinguen dos grupos:  las cobras y especies emparentadas (mambas, kraits, coralillos, etc.), que por lo general son terrestres aunque algunas  especies suben a los árboles y otras excavan; y las serpientes marinas. 
Los elápidos terrestres abundan en Australia, lnsulindia,  Malaysia, India, Arabia, Africa y centro y sur de América. Las  cobras propiamente dichas pertenecen al género Naja, serpientes bien conocidas por su capacidad de levantar la parte anterior del cuerpo y dilatar su cuello en forma de disco, rasgo que comparten con los géneros Hemachatus y  Ophiophagus.  
Existen varias especies del género Naja en el sur de Asia y  norte de Africa. La más común es la cobra de anteojos (N. naja),  que vive en casi todo el sur de Asia, incluidas las grandes islas  del archipiélago de la Sonda y Sri Lanka; también se encuentra en el Himalaya hasta cerca de los 3 000 m de altitud. Hoy se  suelen considerar especies a las 6 subespecies de esta cobra. Otra especie de la familia elápidos muy conocida, sobre  todo porque con esta serpiente se suicidó la reina Cleopatra,  es el áspid de Egipto (N. haje), del nordeste de Africa. También son africanas las cobras escupidoras (N. nigrícollis,  N. mossambica y Hemachatus haemachatus, etc), así llamadas por su capacidad para lanzar su veneno a los ojos de  cualquier animal amenazador, hasta unos 3 metros.
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Otro elápido singular es la cobra real (Ophíophagus hannah), de la India, Birmania y el Sudeste Asiático, que con sus  5,5 m de longitud máxima es la serpiente venenosa más  larga del mundo. Con su veneno es capaz de matar a un elefante, aunque las cobras más pequeñas y los kraits o búngaros (género Bungarus) producen muchas más muertes en la  india y en otras zonas de Asia. La cobra real, que es objeto  de una gran veneración en el sagrado monte Popa de  Birmania, se alimenta de aves, mamíferos y, sobre todo, de otras serpientes, como indica su nombre científico. La hembra amontona restos vegetales con la cabeza y construye un  nido sobre el que pone sus huevos; acto seguido, lo recubre con otros vegetales, se enrosca sobre el nido y permanece a  la defensiva hasta el nacimiento de las crías.
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En África, además de las cobras, provocan un gran número de muertes las mambas (género Dendroaspis), en especial  la mamba negra (D. polylepis), Más agresiva y de mayor  tamaño que la negra es, sin embargo, la mamba de cabeza  estrecha (D. angusticeps), que con sus casi 4 m de longitud  máxima, es la mayor serpiente venenosa después de la cobra  real. Extremadamente rápida y ágil, es capaz de desplazarse a más de 10 km por hora y no duda en morder cuando se ve  acorralada, lo que no resulta difícil porque su coloración y  su morfología perfectamente crípticas impiden reconocerla  hasta que ya es demasiado tarde. Pese a ello, esta temible  especie que vive en zonas cubiertas de vegetación no suele  acercarse a las zonas muy pobladas y es, por tanto menos  peligrosa en términos estadísticos que la más antrópica  mambra negra.
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En America Central y del Sur viven varias especies conocidas como serpientes coral o coralillos (géneros Micrurus y  Micruroides). Exhiben hermosas coloraciones y, aunque no  son muy agresivas, pueden inyectar un potente veneno,  como la serpiente coral acuática (Micrurus guayanensis),  propia del norte de Sudamérica, que recibe el significativo  nombre de «diez minutos».  

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En Australia, donde la familia adquiere su mayor abundancia y diversidad, viven algunas especies de venenos potentísimos. Una de los más conocidos es el acantofis  cerastino o víbora de la muerte (Acanthophis antarcticus),  que como la otra especie del género, se caracteriza por la  espina córnea que remata su cola muy aguzada. Otros elápidos australianos son las peligrosas serpientes tigre  (Notechis scutatus y N. ater), el taipán (Oxyuranus scuteIlatus) y las cobras terrestres australianas (Pseudonaja textiIis y P. modesta); las tres primeras especies figuran entre las  más letales del mundo. Los elápidos constituyen más del  80% de las serpientes de Australia, lo que constituye un  caso único, ya que en casi todas las regiones biogeográficas del mundo los ofidios venenosos son una minoría o  incluso no existen, como, por ejemplo, en las islas de Cuba, Madagascar y Baleares.  
Las serpientes marinas pasan su vida en el mar (géneros  Hydrophís, Erihydrina y Pelamis) o por lo menos gran parte  de ella (Laticauda). Son piscívoras y se distribuyen por el  Indico y el Pacífico, desde la costa oriental de África hasta la  occidental de América, siendo especialmente abundantes en  el Sudeste asiático y varias islas del Pacífico. Su veneno es  de acción muy rápida, por lo general neurotóxico y mucho  más potente que el de las víboras, pero son muy poco agresivas, siendo raros los accidentes mortales. Muchos autores  las clasifican en una familia distinta, hidrofíidos.

Familia Boidos

3/8/2014

 
Comprende 39 especies que se distribuyen por el oeste de  América del Norte, América Central, las Antillas y gran parte  de América del Sur, Africa, Madagascar, Asia occidental,  Nueva Guinea e islas Fidji y Salomón, Los boidos tienen ojos  pequeños con la pupila vertical, el tronco grueso y la cola  corta, más o menos prensil. La cabeza suele estar cubierta de  placas generalmente más grandes que las escamas dorsales.
Entre las boas destaca la boa constrictor (Boa constríctor).  Este emblemático y hermoso boido vive en América tropical  y subtropical, desde el centro de México hasta el norte de  Chile y Argentina; aunque puede alcanzar grandes dimensiones (hasta 4 m), rara vez sobrepasa los 3 m. Se alimenta  de aves, y sobre todo de mamíferos, y rehúsa los animales  muertos. Es nocturna y durante el día a menudo se halla aletargada, haciendo su lenta digestión.
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Boa constrictor
La anaconda común (Eunectes murinus) es muy acuática y es  la mayor de las serpientes del Mundo, ya que existen ejemplares que superan los 11 m de longitud y los 500 kg de peso. Se  alimenta de mamíferos o aves que suele cazar de noche y en el agua, donde pasa gran parte de su tiempo. En efecto, gracias  a un dispositivo que le permite cerrar herméticamente los orificios nasales, puede permanecer largo tiempo sumergida. No  obstante, sale a la orilla de vez en cuando para calentarse al sol  o para engullir allí con mayor tranquilidad las presas que ha  capturado en el agua, En los bosques tropicales de Sudamérica existen otras tres especies de anacondas, también del género  Eunectes, pero todas ellas de menores dimensiones.  
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Eunectes murinus
Otro género americano es Epicrates, cuyas siete especies  se distribuyen por America Central, Sudamérica tropical y  las Antillas. Especies de este género son la boa de Jamaica  (E. subflavus), la boa de Cuba (E. angulifer) y la boa arco iris  (E. cenchria).
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Epicrates cenchria

Género Ceratophrys

3/8/2014

 
El escuerzo cornudo (Ceratophrys cornuta), del nordeste de  Brasil, Guayanas y oeste de Ecuador, es de cuerpo voluminoso y rechoncho, Por su aspecto recuerda a un sapo verdadero, pero tiene la cabeza enorme y elevada. La especie  debe su nombre a que posee sobre cada ojo una prolongación parecida a un cuerno pero de consistencia blanda, cuya longitud iguala a la del diámetro del ojo. Su tamaño también es importante, ya que puede alcanzar 20  cm de longitud y una anchura apenas inferior, lo que realza todavía mas su hórrido aspecto. 
ceratophrys cornuta
Este sapo inspira temor a la gente porque, cuando se siente acorralado, planta cara incluso a los seres humanos y se defiende mordiendo con  sus mandíbulas. La potencia de éstas, combinada con el  gran tamaño de la cabeza, le permite alimentarse de presas tan grandes como aves, tortugas, pequeños mamíferos, serpientes y otros anuros, Incluso los renacuajos (no sólo de  esta especie, sino también de otras del mismo género) son  carnívoros y, contrariamente a la mayoría de las larvas de  anuros, tienen ambas mandíbulas tapizadas con varias hileras de dientes afilados como si fueran tiburones.  
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Análogo al escuerzo cornudo, pero con los cuernos mucho menos pronunciados y de menor tamaño, es el escuerzo ornado (C. ornata), que vive en zonas boscosas del sudeste de Brasil, Uruguay, Paraguay y parte de Argentina, y destaca  por su coloración muy viva que es, sin embargo, perfectamente críptica en la hojarasca del bosque. Aún así, este anfibio suele permanecer escondido bajo las hojas secas, asomando tan sólo los ojos, para acechar a sus presas. Las otras cuatro especies de este género tienen, como el  escuerzo cornudo, el párpado superior de cada ojo transformado en una especie de cuerno. Una de ellas, C. americana, es muy similar a un pequeño sapo común -no supera  los 5 cm de longitud y los cuernos son poco aparentes-; la  otra, C. boei, es uno de los anuros más pequeños, ya que no  sobrepasa los 2 cm.
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Ceratophrys ornata
Las otras cuatro especies de este género tienen, como el  escuerzo cornudo, el párpado superior de cada ojo transformado en una especie de cuerno. Una de ellas, C. americana, es muy similar a un pequeño sapo común -no supera  los 5 cm de longitud y los cuernos son poco aparentes-; la  otra, C. boei, es uno de los anuros más pequeños, ya que no  sobrepasa los 2 cm.

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